Abr
19
Campanilla
Aquel día llegamos a su casa cargando una alfombra enorme y azul. Laura estaba entusiasmada y yo también. Hacía meses que no nos veíamos porque terminó la exposición que le organicé, y ella siguió viajando con sus fotos. Así que cuando volvió y me pidió el coche porque quería amueblar su nueva casa, no me lo pensé y la acompañé. Lo primero que quería comprar era una alfombra. A mi siempre me gustaron, pero las tuve que quitar porque mi hijo desarrolló alergia al polvo, y aunque no las echaba en falta, en caso de comprar una habría elegido la…