No voy a decir que eres el mejor, que no hay nadie tan maravilloso como tú… No. Hay mucha gente maravillosa. Hay mucha gente guapa, incluso muy guapa. Hay mucha gente inteligente, incluso superdotados. Hay mucha gente tierna, incluso compasiva. Hay mucha gente valiente, incluso héroes. Hay mucha gente generosa, incluso incondicional. Hay mucha gente talentosa, incluso genios. Hay mucha gente genial, pero sé que no se trata de eso. Sé que no puedo mirar cuánta inteligencia tienes, cuánta belleza, cuántos talentos, con cuántos recursos cuentas para encontrarte si te has perdido… No puedo mirar nada de todo eso porque eso no es, y sería una locura compararte y creer que puede haber alguien mejor, alguien estupendo, que encaje, que sea… ¿Qué sea qué?
No hace falta, porque te miro a los ojos y sé. Sé que eres maravilloso, como tanta gente lo es, pero también sé que no es eso. Esto es. No es tangible, no es solo amor, no es simple compatibilidad, ni un conjunto de cualidades que me gustan. No hay una lista de pros y contras, no. Hay una certeza. Llámalo química, llámalo alma gemela. Llámalo como quieras. Se siente, se sabe. Y no tiene nada que ver con la persona que eres hoy. Está más profundo. Es algo que parece que ya existía cuando te conocí, y aunque pude decir: “qué guapo, qué listo, qué alegre”, en el fondo sabía que no era eso. Nunca lo es. Es una chispa. Y esa chispa se da o no se da.
Podemos enamorarnos de una belleza, de una inteligencia, de un talento… Una, dos, mil veces. También podemos admirar a muchas personas, e incluso amar a muchas personas. Pero siempre he intuido que había algo más allá, y ahora sé que cuando sucede, no hay talento, belleza o inteligencia a la que mirar. Todo lo de fuera se desvanece y algo más profundo se revela. Esto es.
Hay mucha gente guapa, hay mucha gente lista, hay mucha gente maravillosa. Pero ser maravilloso no es. Y qué paz que no sea eso. Qué paz no tener que ser nada, qué paz saber que esa chispa se da y se dará siempre entre dos personas, quizás hasta pueda pasar más de una vez en la vida. Y se dará siendo tal y como somos, con otra persona que será tal y como es. Y si no estamos demasiado perdidos mirando al exterior, cuando sucede, lo sabemos. Eso es todo. Y podríamos aparecer de repente en el otro lado del mundo, en otros cuerpos, en otras mentes, que ocurriría de nuevo. Y quizás ocurra. O quizás no. Así que no te lo pierdas ni un segundo, no nos lo perdamos ni una mirada, ni un abrazo, ni una madrugada. Porque esto es aquí y es más allá. Esto, es.