Sin Filtros

Un día comprendí que no hay nada más importante, o al menos así lo es para mi, que ser libre para ser cómo verdaderamente se ES en cada momento. Y para poder ser libre de ser, es necesario conocerse, aceptarse, aprender a escucharse a cada paso, y dejar atrás todo lo que ya no apoya a lo que verdaderamente somos. Cuando nos descubrimos todo parece nuevo, y a la vez, de toda la vida. Es apasionante. Y porque me apasiona el crecimiento interno y creo que compartir el camino es muy útil y bello, he puesto esta categoría en el blog. Siempre he sido y seré una esponja para aprender de todo lo que me llega, y como creo que la vida es un toma y daca, propongo alimentar el flujo natural de dar y recibir y compartir todo aquello que nos sirva para crecer. Porque todos los caminos llevan a Roma, y creo, de corazón, que todo lo que nos sirva, es bueno. Punto.

No entro en ciencia, soy de letras y de artes, y  no me importa no saber como funciona algo, si funciona, merece la pena llevarlo a cabo. Ya hay otros que se encargan de entenderlo y explicarlo. Zapatero a tus zapatos. Y si lo que me sirve es un placebo, ¡bendito placebo! Así que desde esta perspectiva estoy abierta a todo, y hablaré de todo lo que me sea útil para crecer, sabiendo que quizás no sirva a nadie más. O sí. Esa es la magia. Sin dogmas. Todo tiene un matiz relativo, incluso subjetivo, porque no hay dos personas iguales, y aunque a todos nos pasan más o menos las mismas cosas, sentimos y crecemos de maneras distintas. Así que, ¡viva la diversidad!

Lo primero que quiero compartir para aquellos que aún no lo conozcan, es un libro: «El poder del ahora», de Eckart Tolle. Me cayó en las manos hace unos 5 años y para mi es lo mejor que he encontrado en mucho tiempo. Habla de la clave de la vida: estar presente aquí y ahora. Observando, escuchando, sintiendo «lo que es». También habla del perdón, del dolor y el sufrimiento, de la rendición (entendida como aceptación), de los juicios internos, de las relaciones… Pero el núcleo del discurso es la consciencia, que es lo mismo que estar presente, y que para mi es la base de todo.  La consciencia conlleva necesariamente desidentificarse de la mente. La mente es una herramienta más, como un pie o una mano. No puede ser el jefe de todo esto. Pero a menudo lo es. Salir de la esclavitud de «ser nuestra mente» para utilizar la cabeza sólo cuando hace falta y mientras tanto, simplemente ser, es el cielo. Es la plenitud, la dicha, el amor, la paz, el éxtasis… Como cada uno lo quiera llamar. Y para cultivar la presencia y gozar entonces de «lo que somos», hay muchísimos caminos. Este libro también habla de ellos, por eso me fascinó. Porque cuando lo leí estaba buscando precisamente eso, salir de la cabeza a voluntad. Así que lo recomiendo a todos aquellos que estén en esa búsqueda. Veréis que después aparecen más caminos, muchos más. Aquí hablaré de los que voy encontrando y me sirven para estar más y más presente cada día, y también de los que me ayudan a volver cuando me enredo en algún bucle de pensamiento inútil.

En este espacio también daré mi visión y comprensión de temas concretos relacionados con el crecimiento interno, y otras veces como hoy, sólo reseñaré un libro, una web, una canción… Hay cosas que es mejor saber solamente que existen y descubrirlas en profundidad por uno mismo, sin que nadie te lo explique. Así que recomendado queda. ¡Ah! No he comentado que la portada puede echar para atrás, porque dice: «una guía para la iluminación espiritual». Y sí, eso a algunos les puede sonar a secta o a algo raro. Opino que hay mucha connotación en torno al término, pero estar iluminado es estar en el presente, despierto, consciente. No es tener poderes mágicos, ni estar volado, ni dejar de tener emociones y ser súper zen. Si estás volado no estás aquí, si no estás aquí, no estás presente. Si no sientes ninguna emoción es que no estás en la vida, no interactúas, te has apagado. Estar vivo es sinónimo de sentir, y estar consciente significa poder observar lo que se siente y sentirlo sin por ejemplo entrar a hacer un drama o un sufrimiento cuando lo que se siente duele. Pero todo esto da para muchas páginas, así que no me extiendo más.

En definitiva, que no asuste la portada, que de lo que habla es de la vida misma, nada místico, nada fuera del mundo. Y si quieres crecer internamente, para mi este es un gran libro que viene muy bien leer y releer y releer…